Avril Lavigne ultima sus nuevas mechas y su nuevo disco

Seamos sinceros, la carrera de Avril Lavigne no se resucita ni con un desfibrilador. Murió tras bajarse las bragas y lanzar su single más comercial hasta la fecha, Girlfriend. Con él consiguió un temazo que sonaba en la radio a todas las horas del día, pero claro, todo lo que sube baja. El tema desapareció de los charts y con él todas las personas que tomaban a la chica en serio, por muy pocos que fuesen.

Tras sacar un par de discos insufribles de los que nadie conoce ni el título, Avril ha decidido volver a nuestras vidas con un nuevo álbum que seguramente pasará sin pena ni gloria por nosotros. ¿A qué se debe la decadencia de Avril? Podemos llegar a dos conclusiones clave: el siniestro parecido entre todos sus temas y su talla de tetas.

Respecto a lo primero. Puedes seleccionar a dedo dos temas de la discografía de la cantante y llegarías a jurar por tu propia madre que estás escuchando la misma canción. Quizás esto fue lo que le pasó en su "Goodbye Lullaby", un disco totalmente recomendable para comerte un helado de vainilla mientras te haces cortecitos en la muñeca como cualquier adolescente de bien. Por otro lado, Avril tiene dos espinillas por tetas. Ya lo decía Platón "Tu éxito será proporcionalmente directo al tamaño de tus ubres" ¿Significa esto que Yola Berrocal podría ser la próxima artista revelación? Probablemente no. Si a esto le sumamos que la estética emo dejó de estar de moda a mediados de la década pasada, podríamos decir que alguien está en serios problemas.

Para nuestra no sorpresa, ya hemos podido escuchar un pequeñísimo adelanto del que será el single de presentación del nuevo disco de Avril, y sí, efectivamente, todo suena igual que siempre. Mucho guitarreo, gritos, y bla bla bla. El tema lleva el nombre de "Here's To Never Growing Up" y seguramente pronto tendremos ante nuestras narices el correspondiente video donde Avril irá cargadita de complementos de Claire's y reflejará sus sentimientos de tristeza a través de la pantalla poniéndose un mechón de pelo tapándole el ojo, y es que con esta cría vivimos en un continuo dejavú.