,

jueves, 9 de mayo de 2013

Avril Lavigne hace la misma mierda pero en distinto vater


"Hola, me llamo Avril y he madurado mucho, en este disco volveré a mis orígenes porque me he hartado de ir de rosa". Mentira. El significado de madurar no es ni de lejos quitarte las mechas verdes del pelo y maquillarte como un panda. Somos conscientes de que hubo una etapa de nuestras vidas en la que Avril, a pesar de ser una skater de bote, lograba poner nuestras bragas en almíbar. Lograba, en pasado. Alguien que yo me se (ella) ha basado su carrera en hacer más y más de lo mismo sin darnos ni un solo respiro. Ahora nos encontramos en una era en la que no hay sitio para los skaters o los emos. Ahora se lleva escuchar a raperos que hablan de lo que les encantaría echar un polvo con tu novia, mientras que Nicki Minaj aparece de vez en cuando con su voz de oveja en fase terminal. El fin de Avril Lavigne se acerca.

Pero en lo que termina de hundir por sí misma su carrera sigue lanzando singles. Singles que no hay duda alguna que han tomado el camino de quefelizsoyhaciendocancionesparaniñasdeochoaños, camino equivocado, jovencita.

Ella no quiere crecer, aunque falta le haría a este metro cincuenta de melena rubia no-natural. En lo que saca disco, ella sigue torturándonos un poquito más lanzando el videoclip para su single Here's To Never Growing Up, donde por muy altas que sean las notas musicales ella mantiene su misma cara sin expresión alguna. Arte.

Todo tiene lugar durante una aburrida fiesta de instituto. La gente bosteza, no hay personal de color bailando en la pista e incluso la típica amiga fea que permanece sentada durante toda la noche ha decidido irse ya a casa. Pero claro, allí aparece Avril Lavigne para cantarse algo para todo el público y sabotear el ponche. Ésto último se exigía en la primera clausula del contrato para actuar en tal fiesta de fin de curso.

Lejos de huir todo el mundo haciendo la cocreta del lugar al aparecer la intérprete de Girlfriend en el escenario, todos se levantan y se animan a bailar. En el mundo real no pasaría esto. Bueno, principalmente porque nos traerían a cualquier triunfita que ha hecho un sitio en su apretada agenda de conciertos en verbenas de pueblos. Avril, vestida de princesita Disney, con diadema incluída, pone la nota de color y comienza a hacer de las suyas.

No sabemos que cojones le ha echad al ponche pero todo el mundo la lía parda en el lugar. Unos se marchan a la piscina tirando a ella todo objeto que encuentran a su paso, los repelentes optan por quedarse en clase y revolver los apuntes y lanzar papel higiénico. Que malotes.

¡Espera! ¡Espera! ¡Parad la música! ¿Qué ven nuestros ojos? Avril Lavigne hace una aparición estelar caracterizada como en sus primeros discos en los que dominaba eso de ser skater. Aunque claro, ahora está un poco más oxidada y casi se la pega, pero eso no quita que nuestros ojos se hayan humedecido al ver tal conmemorable escena. Por lo demás el video es exactamente igual, incluso llegas a jurar haber visto escenas repetidas. Pero no, simplemente es aburrido.

¿Cuál ha sido el resultado de todo esto? Pues ninguno, porque en las listas musicales más importantes ni se le ha visto el pelo al tema. ¿Sería esto una clara llamada de atención a Avril? ¿Será que el público no confía en alguien que tiene un nombre de mes del año?


1 comentario:

  1. No se pero a mi Avril Lavigne es una fresa que trata de hacerse la chica mala y todo. No me gusta para nada. Ella solo hace que el rock verdadero quede en verguemza. Es una mierda. No se que carajos tiene la gente en la cabeza que la escucha? Es puro plastico.

    ResponderEliminar